La arroyana Otilia Parra ha celebrado sus 105 años
La homenajeada recibió la visita de varios familiares para festejar con ella su día
El pasado 21 de diciembre, la vecina de Arroyo de la Luz Otilia Parra cumplió 105 años, una fecha muy especial y que la convierte en la persona más longeva del municipio y una de las más longevas de la región.
Otilia, que vive en la Residencia de Mayores Nuestra Señora de la Luz, de Arroyo de la Luz, celebró su cumpleaños con algunos de sus familiares, que fueron a verla como cada día, además de con los compañeros residentes y con el personal del centro, además de recibir gran cantidad de mensajes de sus familiares que no pudieron acercarse por encontrarse fuera de la localidad.
La longevidad de Otilia puede ser genética, ya no es la única en su familia que ha alcanzado una edad avanzada. Sus hermanos murieron todos mayores; Daniela murió con 96 años, le siguió Purificación, a quien le faltaron solo unos días para llegar a los 105, después Silvio, el único varón, quien murió con 95 años, luego Paula con 97, por orden de nacimiento sigue ella y la más joven, Rosario, murió con 91 años.
Otilia nació un 21 de diciembre de 1918. Como señalan sus familiares en una bonita carta que le escribieron cuando cumplió los 100 años, se quedó muy pronto huérfana de madre, pero siempre estuvo cuidada por su padre y, sobre todo, por su hermana Daniela, la mayor, y acompañada por el resto de sus hermanos; Purificación, Paula, Rosario y el único hermano varón, Silvio.

Vivian en el campo, en un chozo, cuidando de las cabras y ovejas y labrando las tierras. Cuando tenía 12 años su padre vendió los animales y fueron a vivir al pueblo, a la calle La Ronda.
Conoció al que fue su marido, Félix, y al poco tiempo él marchó a la guerra por 3 años. Al finalizar la guerra, ella con 22 años y él con 24 se casaron. De este matrimonio nacieron Pablo, Tomasa, Félix, Marcelo y Aurita.
Como explican sus nietos y biznietos, fueron años difíciles pero nunca les falto un trozo de pan para comer. Otilia se encargaba de la crianza y educación de los hijos y de la casa y el abuelo se ocupaba de las labores del campo, yendo a casa cuando podía, a quienes recuerdan con cariño señalando que fue «un buen marido, buen padre, buen abuelo y muy querido por los trabajadores que tenía a su cargo».
Los hijos se fueron casando y haciendo su vida; tres fuera del pueblo y otros 2 aquí. Tiene 13 nietos y entre todos le han dado ya 21 biznietos.
Desde este diario queremos unirnos a las felicitaciones por esa espléndida cifra de 105 años y desearle que sean muchos más los que siga cumpliendo manteniendo la buena salud de la que goza.
Felicidades, Otilia.
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