Belenes extremeños de carne y hueso
Crecen en popularidad y participación los montajes vivientes, como los de La Bazana, Montemolín, Azuaga o Coria; en Villar de Rena ponen figuras a tamaño real
CELESTINO J. VINAGRE
Arroyo de la Luz
Martes, 24 de diciembre 2019, 10:44
Una casa señorial del siglo XVIII, un pabellón polideportivo cubierto, las puertas de una iglesia o una catedral, las aulas de los colegios y, fundamentalmente, las calles de los pueblos. Los municipios extremeños ofrecen diversos escenarios posibles para una actividad que se mueve entre lo religioso, lo cultural y también lo turístico y que goza de creciente interés. Los belenes vivientes se muestran en Extremadura desde Coria, en el noroeste, hasta Azuaga, en el sureste regional.
Algunos están afianzados y gozan de enorme popularidad, como los de La Bazana, pedanía de Jerez de los Caballeros, o Montemolín, donde la mayoría de sus ciudadanos se involucran para la puesta en escena de la Anunciación, el Nacimiento o la Adoración al Niño Jesús. Otros rezuman el típico sabor de barrio de ciudad como los que hacen vecinos de El Gurugú y el Cerro de Reyes, en Badajoz, o el de la República Argentina, de Mérida, que impulsa la cofradía de la Sagrada Cena.
En este repertorio de escenificación navideña también sobresale otro belén que aunque no viviente es singular. Es el de Villar de Rena, donde figuras de tamaño real (hombres, animales y objetos de todo tipo) ocupan sus vías. Están realizadas con pasta de papel y pintura metálica.
En La Bazana, a nueve kilómetros de Jerez (comarca de Sierra Suroeste), la implicación es absoluta de sus 300 habitantes. Lleva 18 años representando un belén viviente espectacular por su realismo y su variedad de escenas. Más de 200 personajes en un escenario natural de 7.000 metros cuadrados, sus calles y plazoletas, en una representación de la asociación cultural 'El Labrador'.
Un belén en el que se ofrece la opción de realizar una visita guiada por el interior de las distintas escenas que lo integran, a grupos reducidos y mediante una aportación simbólica. Su puesta en escena será el próximo sábado a partir de las 18 horas.

Desde 2002, en Montemolín (comarca de Tentudía, 1.100 vecinos), unos 120 actores locales dan vida a 25 escenas relacionadas con el Nacimiento de Jesús y en la que, además, se invita a los visitantes a degustar migas, queso, castañas asadas, dulces típicos del pueblo o vino. Uno de los pequeños nacidos en el año es el encargado de encarnar la figura del Niño Dios. Todo en un casona del siglo XVIII. El belén se podrá visitar mañana 25, el domingo 29 y el 1 de enero, en horario de 18.30 a 21 horas. Volverá a contar una vez más con río artificial, chozo, molino de harina y animales.
Mientras, en la provincia de Cáceres, en Coria (12.530 habitantes) se celebra desde hace unos años una representación viviente, recuperando un escenario: la plaza de la Catedral. El belén viviente estaba previsto para la tarde del pasado sábado pero el Ayuntamiento cauriense lo suspendido ante las fuertes rachas de viento y la lluvia.

Museo y caras conocidas
En Huertas de Ánimas, núcleo de unos 2.000 habitantes dependientes de Trujillo, la escenificación se realiza en su pabellón polideportivo, a cubierto del frío y la lluvia. Será el 5 de enero, a las 19.30 horas. Lo organiza la Asociación Belén Viviente de Huertas, con una directiva renovada que ha revitalizado la actividad. En la provincia de Cáceres también hay otros belenes 'vivos' como los de Arroyo de la Luz (se vio ayer lunes) y Torrejoncillo (28).

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Mientras, en la Campiña Sur, en Azuaga (7.880 vecinos), el domingo fue el día elegido para la transformación de sus vías principales. En la decimotercera edición de su belén, organizada por el Ayuntamiento, se recrearon escenas bíblicas relacionadas con el Nacimiento y otras de carácter popular y costumbristas presentes en belenes tradicionales.
En la plaza de la Merced se situó el Nacimiento, enmarcado en la portada gótica-mudéjar de la iglesia de Nuestra Señora de la Merced, y las escenas de los pastores con los rebaños de ovejas, las lavanderas, los chozos en los que se hacen migas, y dulces. En la calle Muñoz Crespo se vieron fundamentalmente los talleres de artesanos y vendedores de fruta, de especias y otros oficios como las molineras, el escribano y los cobradores de impuestos.

Por último, en la plaza del Cristo, canteros y acuñadores de monedas junto con la posada fueron el punto de inicio de las escenas de los romanos: Herodes y César ocuparon un protagonismo especial junto con las vestales o los gladiadores. El Museo Etnográfico de Azuaga expuso gran parte de sus fondos museísticos para la recreación de las diversas escenas.
El domingo también estaba previsto el belén viviente de Fuente del Maestre, en la Plaza de España, pero el Consistorio decidió el viernes suspenderlo aduciendo la previsión de mal tiempo.
Las representaciones navideñas con pequeños actores se acumulan, de otro lado, cada año en los colegios, como en los pacenses de El Tomillar o El Santo Ángel o en Las Josefinas de la capital de Extremadura.

Pero en este repaso extremeño a la escenificación de la Navidad también hay que citar un caso especial. Es el belén artístico 'La Nacencia' de Villar de Rena, (1.375 habitantes), en las Vegas Altas del Guadiana. Está compuesto por 28 figuras humanas y 50 de animales a tamaño real, que están instalados por las calles de la localidad desde el pasado día 4. Estarán hasta el 8 de enero. La peculiaridad de este belén, que cumple su tercera edición y cuyo precursor es Alfonso González Moreno, es que cada personaje tiene la cara de un vecino de la localidad.
Por último, en Torrejón El Rubio (560 vecinos, mancomunidad Riberos del Tajo, en el parque nacional de Monfragüe) se programa para este sábado la quinta edición de su auto sacramental navideño. Será a las 20.30 en la iglesia parroquial de San Miguel. Actúan 21 actores, todos vecinos del pueblo. La banda sonora del auto cuenta con piezas clásicas de Bach, Mozart o Haendel.

Una cofradía para honrar al Niño Dios y un auto sacramental dan brillo en Galisteo
En Galisteo (950 vecinos, mancomunidad del valle del Alagón) honran la Navidad con una singularidad. En realidad, dos. De un lado, existe una cofradía específica para estas fechas, la del Niño Dios, fundada hace 400 años. De otra parte, representan un auto sacramental para el que hay hasta 30 relatos posibles porque cada año se da vida a uno distinto. En este pueblo entre Coria y Plasencia y conjunto histórico artístico, la Nochebuena y el día de Navidad se vive entre capas españolas, las que portan sus 33 cofrades, la caja (un tambor) y la procesión de Jesús llevado en una cuna en la cabeza de una mujer, la esposa del mayordomo.
«Es una tradición centenaria de padres a hijos», resume Serafín Portillo, director de escena o regla, como se denomina en Galisteo, al responsable de la cofradía y de elegir el auto sacramental que se representa cada 25 de diciembre.
Hoy los cofrades salen por las calles a las diez de la noche a cantar y bailar comunicando el nacimiento de Dios. Mañana, tras la misa y procesión, a las tres en punto se escenifica el auto en la plaza de la villa. Pastores, serranas, bandoleros, ángeles y demonios, además de la Sagrada Familia aparecen en ellos. Los actores son los cofrades.
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