Una vez más, el campo arroyano sufre actos delictivos
Santos Collado Castaño, vecino de la localidad cacereña de Arroyo de la Luz y trabajador del campo, lleva muchos años, igual que otros ganaderos locales, sufriendo numerosos hechos delictivos que se perpetran contra sus tierras y/o animales.
La última vez fue la noche del pasado vienes, 7 de agosto. Hoy Arroyo de la Luz se ha puesto en contacto con él y nos comenta que la citada noche él estuvo en su finca hasta las 12.00 horas de la noches y dejó todo bien al irse, pero a la mañana siguiente, sobre las 7.00 horas, recibía la llamada de un vecino avisándole que su ganado estaba metido en el campo.
Al llegar, 600 metros de alambrada estaba arrancada, lo que hace unos 2.500 metros de alambre destrozada, así como los candados de las cancillas rotos. Por suerte los daños han sido solo materiales, encontrándose, esta vez, todo el ganado bien.
Tal y como Santos nos explica, la alambrada ha sido arrancada de una finca de su padre, colindante a la suya propia, que hace mes y medio quedó libre y donde decidió meter las vacas. Desde entonces ha encontrado en varias ocasiones los candados rotos y las cancillas abiertas, pero nada tan serio ni costoso como lo del pasado viernes.
Como señalábamos, son ya muchos años los que tanto Santos como otros arroyanos que se dedican al campo llevan sufriendo. La última vez fue el pasado mes de marzo, cuando en plena pandemia, y mientras el pueblo estaba confinado y controladas las entradas y salidas por la Guardia Civil, denunció a través de las redes sociales haber encontrado tirado en el suelo de la puerta de su negocio un candado con la cadena cortada, el cual correspondía a una de las parcelas de la familia, no teniendo en esa ocasión que lamentar más daños, pero no siempre ha sido así.
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El pasado 26 septiembre, Santos encontró a una chotilla de 5 días asfixiada en su cancela, entre otros daños materiales; el pasado noviembre, otro vecino de la localidad, Sebastián Camberos, tuvo que salir corriendo de la cama porque alguien había iniciado un incendio en su finca, concretamente en las pacas de paja que tenía para alimentar al ganado. Los daños fueron todos materiales, pero este fue el punto de inflexión, lo que hizo que el campo arroyano se levantara.
En ese momento, la localidad, cansada de estas acciones contra agricultores y ganaderos, inició un momento en apoyo al campo de Arroyo por el que convocaron hasta 3 manifestaciones en apoyo al campo arroyano, que fue paralizado con la llegada del estado de alarma.
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En una de las manifestaciones, algunos de los asistentes declaraban a este medio que, «o se involucran las autoridades, o esto lleva mal camino». Además, algunos de los ganaderos y agricultores que se han visto afectados en algún momento fueron denunciados por manifestarse por un vecino de la localidad, habiendo salido absueltos.
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