

José Luís Solano
Arroyo de la Luz
Miércoles, 11 de diciembre 2019
Se cumplen cien años desde que la linterna mágica proyectó la primera película en Arroyo del Puerco. En 1919 Francisco Solano García, natural de Alcántara, maestro de obras, aprovechando la buena coyuntura económica nacional del momento debido, entre otros factores, a la neutralidad de España en la I Guerra Mundial y al desarrollo industrial que propició un auge en el sector de la construcción con unos beneficios que le llevaron a disfrutar de los espectáculos de Madrid en los prolegómenos de los Felices Años Veinte; descubrió las exhibiciones cinematográficas, iniciadas en 1896 en la capital con películas mayoritariamente documentales de la realidad española, un cine como un espectáculo más de feria.
Frasco 'el alcantareño' decide apostar por la cinematografía, traer a la localidad la nueva distracción combinada con el teatro, cantantes y compañías de espectáculos ambulantes. Necesita un local que fuera también salón de baile, de celebración de bodas y otros usos públicos. Para ello alquila el que había sido taller de los Sánchez para la producción de seda en la plaza Divino Morales.
Comienza el espectáculo: abre sus puertas el Teatro Maravillas. El éxito es fulminante, se queda pequeño para la demanda social y no reúne buenas condiciones –hasta chanzas y coplas surgen, como la que termina… «en casa de frasco no se moja el que no va»-. Ante ello, compra un terreno a los 'palancones' e imagina uno nuevo, más amplio, con anfiteatro y corredores laterales, como una corrala, con ambigú donde degustar aguardiente, zarzaparrilla, con escenario dotado de camerinos… En sus visitas a Madrid se había enamorado del teatro de La Latina. Contacta con su arquitecto –Pedro Muguruza- y le encarga el proyecto de lo que será ese espacio sociocultural, antecedente del actual Corral de Comedias.
El Salón Solano abre sus puertas el 11 de septiembre de 1921 con una compañía de comedias. Con él llegó el cine sonoro, las películas sobre celuloide ininflamable… Filmes de gran éxito: La hermana San Sulpicio, Nobleza baturra, Morena Clara, Locura de amor, La máscara de Fu Manchú, El último cuplé con Sara Montiel… En 1932 actuó Pepe Marchena, contratado en una gran inversión para la época, 1.000 pesetas. En 1935 se presentó durante varios días la compañía de zarzuela, de Esteve Lorente, con Rosario Peris, compañía y orquesta de doce músicos con La Dolorosa… Dramas como Don Juan Tenorio de la compañía de Ricardo Espinosa el 1 de noviembre de 1949, seguidas por El Idiota, Mancha que limpia…
La industria cinematográfica de exhibición aumentó su oferta en Arroyo en la década de los treinta con el establecimiento del Cine Solís en la plaza de la Constitución, donde está Liberbank, pero tuvo una corta vida empresarial.
Siguen sus hijos
Fallecido Francisco en 1934, sus hijos, Luís y Esteban, adquieren la empresa. El primero será el proyeccionista hasta que le pase el testigo a su hijo Germán, al igual que la administración general, ayudado por Máximo; el segundo pondrá música con el piano a pie de escenario hasta la llegada del cine sonoro, controlará el ambigú y la taquilla, luego le seguirán sus hijos; Francisco, Fernando y Juliana.
El paso de los años, las nuevas demandas sociales y técnicas –el cinemascope- les lleva a un nuevo proyecto. Planean un edificio de mayores dimensiones que contará además con un espacio para verbena y cine de verano, por lo que adquieren el olivar del pequeño. La ilusión es grande, hasta el extremo de poner la sala al nivel de las salas de la Gran Vía madrileña y superar a las de Cáceres. El Cine Solano abrirá sus puertas, con la sala de invierno, el 6 de agosto de 1961, proyectando 'El gran pescador'.
La nueva sala se dedicaría a la proyección cinematográfica, con toques de espectáculos de variedades y cantantes flamencos. El teatro itinerante desapareció, los peliculeros, que decía Fernán Gómez en 'El viaje a ninguna parte' se impusieron; el teatro Mari-Paqui apareció por última vez en Arroyo a principios de los sesenta, con carpa propia en la plaza del Altozano.
Proyectaría, con carácter fijo, tres días a la semana, jueves –en sesión femenina: señoras y señoritas gratis acompañadas de caballero-, sábados y domingos –sesión infantil, de noviembre a marzo, y de adultos en doble sesión continua-; en ciertos periodos, los martes y todos los festivos. Así, hasta la década de los setenta en que comenzarían los recortes por la competencia de la televisión y de los vídeos.
En la década de los ochenta sobrevivió en un desierto de salas de cine a nivel nacional. La sala de invierno cerraría, de forma continuada, en junio de 1990. La de verano continuaría hasta 1998, culminando la empresa su actividad el 11 de octubre con 'Torrente, el brazo tonto de la ley', precedida de 'Godzilla', también castigada por la competencia desleal del Ayuntamiento con proyecciones gratuitas en las plazas de la localidad.
Atrás quedaron éxitos de películas y fracasos; los ecos de las gargantas de la Niña de la Puebla, Juanito Valderrama, Antonio Molina, Rafael Farina, El Niño de la Calzada –humorista Chiquito-… que seguirán resonando, al menos en la memoria, como El Fantasma del Cine Solano que decía J. R. Alonso de la Torre en el diario HOY.
Los rollos que nos mete el Solano, que se decía en ocasiones, abarcaron setenta y nueve años, unas 10.000 películas, unos 80.000 rollos que llenaron la vida social y cultural de la población cargados de amor, aventura, drama, humor o españoladas de distribuidoras como Cifesa, Filmax o Metro G. M.
El Ayuntamiento sigue
La exhibición continuó con el Ayuntamiento, que adquirió los locales de la familia Solano en 2003, los rehabilitó y continuó la aventura: el Cine-Teatro Municipal empezó una nueva andadura en febrero de 2008. Se adaptó a las nuevas tecnologías: proyector digital, sonido Dolby,… pero se dejó en el camino el cine de verano, el contemplar una película a la par que el cielo estrellado, escucharla con el reloj de la plaza y sus interminables doce campanadas.
Hay historias que no deben acabar y esta es una. El pueblo se ha vuelto triste, aún más, en las noches de verano sin cine, casi sin movimiento de vecinos por sus calles, encaminadas a espacio de rodaje de películas de espectros sin alma.
En este último periodo, un nuevo aspecto ha interrumpido en la vida cinematográfica arroyana, la realización con pinceladas creativas. Víctor Erice rodó un cortometraje documental, 'Arroyo de la Luz', sobre la educación, la moral y la obediencia, en 2005; Pablo Nacarino lo hizo entre 2003 y 2008 sobre la historia y rehabilitación del Cine Solano, 'De la Luz'. Documentos que deberían servir para animar a la realización, que hay ambientes, espacios, historias y personajes que plasmar, no solo fantasmales.
A día de hoy siguen las proyecciones, la gran pantalla, la gran sala, que favorecen un aspecto de la cultura de masas y de la sociedad arroyana que no han tenido otras localidades, gozándolas durante cien años y, espero, lo hagan muchos más en Arroyo, porque… entre candilejas, yo te amé.
*Bisnieto de Francisco Solano García, 'el alcantareño'
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