La dehesa arroyana, un paraíso que alberga al caballo hispano-bretón

La dehesa arroyana, con XX hectáreas, es un paraíso natural para muchas especies animales y vegetales.

Entre la variada fauna que en ella habita se encuentran varios ejemplares del caballo hispano-bretón, un caballo que se caracteriza por ser amable y amigable.

Como informan desde el Centro de Interpretación Dehesa de la Luz, oficialmente, el caballo Bretón fue creado durante la Edad Media en la Bretaña francesa gracias a la mezcla entre un caballo Bolonés, un Percherón y un Ardenés. El resultado fue un caballo muy robusto y con una gran masa muscular, cualidades perfectas para el tiro de carruajes y otras cargas pesadas.

Durante mucho tiempo, los caballos Bretones fueron usados en la Edad Media por los mensajeros y repartidores de correo. Desde ese mismo periodo, se utilizó en buena parte de Europa como caballo de tiro.

Dejó de utilizarse a partir de 1960 por la mecanización del campo y actualmente se ha utilizado para mejorar y crear muchas razas, claro ejemplo de ello son las mulas.

Estos animales se caracterizan por tener patas cortas y rematadas con barbas y una cabeza corta y cuadrada de perfil recto. Pesan, de media, 800 kilos y su tamaño promedio es de 1,58 metros. En general, su pelaje es de color castaño.