Un momento del Arroyo - Racing Valverdeño. A. I. P.

El Arroyo se enfrenta hoy al Azuaga para tratar de sumar puntos en casa

Miguel Ángel Ávila, entrenador del equipo arroyano, explica cómo está siendo esta temporada marcada por el covid

Ana Isabel Padilla Macías

Arroyo de la Luz

Miércoles, 10 de febrero 2021, 09:23

El 2021 no está resultando propicio para el Arroyo CP; regresó a los entrenamientos el día 2 de enero, momento en que ocupaba el puesto 7 de la clasificación, con 10 puntos. Descansando la primera jornada, iba a iniciar la segunda vuelta el día 17 frente al Trujillo, pero el 15 se vio obligado a suspender tanto los entrenamientos como el partido debido a la detección de un positivo en coronavirus en la plantilla, con 5 contactos estrechos entre el resto.

Por la misma razón, el Arroyo tuvo que suspender el siguiente partido que debía haber jugado el 24 frente al Azuaga, equipo en el que, por cierto, también había varios casos de contagio.

Con este panorama, no fue hasta el 31 de enero cuando los arroyanos comenzaron la segunda vuelta, fuera de casa, frente al Jerez. El partido se cerró con un 1-0. El resultado no mostró la realidad futbolística del choque, toda vez que el Arroyo fue mejor durante casi todo el juego, a excepción de los 10 primeros minutos del partido, aprovechados por el Jerez para marcar y llevarse el partido.

Mejor suerte corrió el equipo arroyano el 3 de febrero, cuando recuperaron el partido aplazado frente al Trujillo. Con el balón dominado casi todo el tiempo por el club blanquiazul, cerraron este encuentro con un 1-2, una victoria muy duce y que le dio fuerza. En este partido sufrió una lesión Ricardo Durán, quien no pudo jugar en frente al Racing Valverdeño el día 7, un partido en el que los visitantes, con un solitario gol y con la anulación de dos tantos a los locales, según el colegiado por fuera de juego, se le escapó de las manos al equipo arroyano, que no tira la toalla. Ahora, antepenúltimo, continúa luchando para seguir escalando puestos.

Hoy, partido aplazado

El próximo partido será esta tarde, a las 20.00 horas, en el municipal frente al Azuaga, recuperando el partido aplazado el 24 de enero. Será a puerta cerrada.

Miguel Ángel Ávila da instrucciones antes de un doble cambio. A. I. P.

Han sido 42 días los que el Arroyo ha estado sin jugar y dos semanas sin poder entrenar, situación que, tal y como ha comentado Miguel Ángel Ávila, entrenador del Arroyo, ha pasado factura al equipo, pero que con el paso de los partidos está recuperando bien. El problema ha sido que en cuestión de dos semanas han debido enfrentar 5 partidos sin apenas tiempo de preparación.

En una temporada marcada por la incertidumbre del covid, el entrenador del club arroyano señala que si algo está aprendiendo es a trabajar día a día, ya que en cualquier momento puede aparecer un positivo o un contacto directo y tener que cambiar todo el plan.

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La situación, como señala el entrenador, afecta a los jugadores, aunque también confía en que el fútbol sea una vía de escape de la rutina, de los problemas, de la misma forma que le pasa a él, «yo en mi trabajo estoy viendo que la situación está difícil, vengo aquí y me olvido un poco de todo, si no tuviese esto estaría mentalmente más agotado y quiero pensar que a ellos les pasa igual. Lo más complicado es la incertidumbre de no saber hasta el último momento si se va a jugar un partido, a lo que se suma el parón de más de un mes sin competir, que tiene mucha carga psicológica desde la perspectiva de que ves la clasificación y te ves con menos partidos que los rivales y peor clasificado, tienes menos puntos y echas un poco la cuenta de la lechera», señala Ávila.

Gran actitud

A pesar de todo, el entrenador afirma que los jugadores volvieron a la competición con una gran actitud. «Han pegado un cambio radical desde los últimos partidos del año pasado y es en lo que tenemos que incidirles, en que tenemos que seguir esa misma línea».

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Al preguntar al entrenador sobre su perspectiva para el resto de la temporada, alude a que es una temporada complicada; los 6 primeros ascenderán y los 5 últimos lucharán por no descender, «no es el típico año que quedas en mitad de la tabla y estás tranquilo, este año es arriba o abajo, lo que genera más tensión».

Con todo ello, planificar a largo plazo es algo poco menos que imposible este año, por lo que para Ávila lo mejor es ir partido a partido. «Obviamente es objetivo es quedar lo más arriba posible, entre los 6 primeros, y luego a partir de ahí pues, lógicamente disfrutar y si quedásemos entre los 5 últimos pues lógicamente escapar del descenso. Ese es el objetivo, quedar lo más arriba posible y evitar el descenso».

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