J. CEPEDA
Arroyo de la Luz
Domingo, 22 de marzo 2020, 11:47
Aislada desde hace más de una semana dentro del ya de por sí confinamiento generalizado, la localidad cacereña de Arroyo de Luz continúa copando buena parte del foco mediático. El municipio, que hasta el momento ha registrado cuatro muertes con positivo en coronavirus, así como varias decenas de infectados, vive estos días con una mezcla de nerviosismo, preocupación y esperanza. Por el momento, sus dos clubes inmersos en categoría nacional, el Extremadura Arroyo en voleibol y el Arroyo Club Polideportivo en fútbol, han podido resistir a esta pandemia en sus respectivos organigramas.
Para Adolfo Gómez, entrenador del equipo de voleibol, la situación está siendo difícil de llevar. El técnico, que también es profesor en la localidad arroyana, multiplica su preocupación por causas obvias desde su domicilio de Cáceres. Una de sus hijas y pupila, la jugadora Bea Gómez, quien hace unos días relató su experiencia a este diario, permanece en Arroyo de la Luz, donde trabaja en la residencia de mayores como fisioterapeuta. «Por eso en mi caso la inquietud es doble. También soy maestro en la localidad y tengo a todos mis alumnos allí, a montones de familias y a mucha gente relacionada con el voleibol», explica.
Según sostiene el preparador y presidente del Extremadura Arroyo, «el mensaje que manda la gente es de tranquilidad, pero también nos llegan noticias de personas que van siendo nuevos positivos, como abuelos de niños que tenemos en el colegio. Esto es lo que te hace ver la realidad de las cosas». Adolfo Gómez también reconoce la complejidad en las situaciones de duelo: «Muchas personas están pasando estos momentos difíciles en silencio porque los entierros no pueden ser como habitualmente y no reciben ese apoyo. Es una situación que está minando a las familias».
Sobre la probabilidad de reanudar o no la competición, la Real Federación Española de Voleibol ya ha lanzado una propuesta a los clubes para dar por finalizada la temporada. Algo que entre los cuatro equipos extremeños de categoría nacional no está todavía claro: «Estamos pensándolo porque en esa propuesta no se dice cómo van a quedar los grupos, sino que se apela a un organismo competente de la federación para que lo haga cuando pase todo esto. Estamos muy pendientes de este asunto. Lo que parece evidente es que esta temporada ya no se podrá jugar más en Arroyo», vaticina.
Parecida inquietud es la que tiene también desde Cáceres Miguel Ángel Ávila. El entrenador del Arroyo de fútbol muestra su solidaridad con el municipio: «Ya solo ver la imagen de la rotonda de entrada a Arroyo con todos los vehículos militares impresiona. Nunca esperas que una cosa así suceda o que la vivas tan de cerca. Hay que animar a todas las familias del pueblo, que lo están pasando muy mal porque hay bastante preocupación. Ahora mismo todos tenemos que ser pacientes y responsables para salir de esta».
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Ávila sostiene que desde que se suspendieron los entrenamientos está en contacto diario con todos sus futbolistas. Tres de ellos, como son Asier, Aitor y Ángel, pasan esta cuarentena en Arroyo de la Luz. «Saben que tienen que ser pacientes porque la salud está por encima de todo. Ojalá esta situación pueda solucionarse cuanto antes para poder retomar la actividad, pero ellos ya están demostrando una gran profesionalidad».
Respecto al escenario que pueda avecinarse a medio plazo, el entrenador del Arroyo arroja su particular punto de vista: «Yo no sé lo que va a pasar, pero mi opinión es que la competición debe terminar cuando todo se solucione. Si tiene que ser en noviembre, pues en noviembre. Lo más justo sería terminar la liga y que se celebren las fases de ascenso. Está claro que sería algo que condicionaría la siguiente temporada, pero es mejor hacerlo con tiempo de por medio y con todos partiendo desde cero y en igualdad de condiciones», defiende el míster blanquiazul.
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Asier, capitán del equipo de fútbol, vive esta cuarentena y el aislamiento del pueblo en su domicilio de Arroyo de la Luz: «Está claro que la gente aquí está un poco nerviosa, pero a la vez concienciada para quedarse en casa y para salir solo lo imprescindible». Instructor del gimnasio de la localidad, el cual fue cerrado el jueves de la semana pasada para ser sometido al día siguiente a un proceso de desinfección por una empresa homologada, explica que durante las últimas fechas tanto él como sus compañeros están haciendo sus respectivos ejercicios físicos con los medios que tienen al alcance de la mano en sus hogares.
El jugador arroyano, toda una institución en la entidad, ve complicada la posibilidad de que se pueda retomar la liga: «Personalmente, lo veo muy difícil. Nosotros lo estamos deseando y no solo por el fútbol, sino por recuperar nuestra vida normal. Durante estos días se echa todo mucho de menos. Lo más gratificante son los mensajes que se reciben desde fuera. He tenido muchos de compañeros de otros años, de entrenadores y de aficionados de otros clubes».
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Mientras, las dos entidades arroyanas intentan agarrarse al haz de luz de la esperanza por el bien común de un pueblo que permanece moralmente unido ante la adversidad.
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