Bea Gómez: «Me quedé en Arroyo por precaución»

Aislada desde el pasado viernes, con sus accesos restringidos por la Guardia Civil, la localidad cacereña de Arroyo de la Luz ha sido hasta el momento uno de los núcleos de la región más castigados por la pandemia del coronavirus. Según la última cifra oficial, 27 de los 95 casos confirmados en Extremadura se han dado en este municipio situado a 20 kilómetros de la capital cacereña y cuyos habitantes ya han tenido que lamentar la muerte de tres de sus vecinos aquejados de esta enfermedad infecciosa. La última víctima fue ayer una mujer de 93 años.

El mundo del deporte, máxime en un pueblo de 5.800 habitantes, no es ajeno a esta crisis, como bien sabe Bea Gómez (Cáceres, 1989). La líbero del Extremadura Arroyo de voleibol, que compagina la práctica deportiva con su trabajo en la residencia de mayores y en una clínica de fisioterapia, protagonizó a finales de la última semana todo un ejercicio de responsabilidad al quedarse en su casa de Arroyo de la Luz y no acudir a su domicilio familiar de Cáceres para evitar una posible propagación del virus: «En un primer momento tuve la intención de irme a casa, pero al final me quedé aquí por precaución porque yo trabajo en la residencia de mayores y no sabíamos por dónde podría salir todo esto. Han pasado unos días y cada vez se hace un poco más cuesta arriba, pero se intenta llevar de la mejor manera, siempre intentando estar ocupada. Judith, la preparadora física, nos mandó unas rutinas».

Precisamente, la residencia donde trabaja es el centro de todas las miradas: «La primera fallecida, aunque ya no trabajaba allí, era conocida por todo el pueblo y tenía trato con todos. Fue compañera mía de la residencia y siempre hablaba con ella porque vivía debajo de la clínica donde también estoy trabajando. Luego murió uno de los abuelos, que ya tenía sus complicaciones, pero nos dio mucha pena. Está todo el pueblo atento por si hay nuevos positivos, pero sobre todo en la residencia porque es lo que más preocupa». En jornadas previas, varias trabajadoras del centro resultaron contagiadas.

Si hay algo positivo, destaca la jugadora del conjunto arroyano, es la imagen de unidad ante la adversidad: «Siempre se ha dicho que el pueblo era poco participativo, pero lo cierto es que la gente ha respondido muy bien y estamos todos muy unidos. En las calles se ven pancartas de ánimo para todos». Además, cada tarde a las 18.00 horas muchos de los vecinos salen a los balcones para escuchar y cantar al unísono el mítico 'Resistiré', obra del Dúo Dinámico convertida ya en un auténtico himno patrio contra el coronavirus.