CI Dehesa de la Luz

Un dolmen escondido en el corazón de la dehesa arroyana

HOY Arroyo de la Luz

Arroyo de la Luz

Jueves, 21 de julio 2022, 17:04

Desde el Ayuntamiento de Arroyo de la Luz, a través, del Centro de Interpretación Dehesa de la Luz, han comenzado una nueva sección de Geografía, Historia, Arte, Patrimonio… que han titulado 'Los Bohíos', donde van a llevar a cabo un recorrido por la Historia de Arroyo de la Luz desde el pasado hasta el presente.

La primera parada en la historia arroyana la han hecho en el dolmen que se encuentra en la Dehesa de la Luz, el cual data de finales del Neolítico, hace unos 5.000 años.

Los dólmenes son un tipo de monumento funerario megalítico que suelen estar formados por enormes losas de piedra verticales que sostienen una horizontal a modo de techo, que recibe el nombre de losa de cobertura. La mayoría de estos monumentos son tumbas colectivas donde se enterraba a los difuntos de los poblados vecinos.

La edificación de un dolmen constituía una obra titánica, pues precisaba la participación de cientos de hombres durante mucho tiempo. Cada losa podía llegar a pesar 100 toneladas, que en unas ocasiones se extraían de una cantera vecina y en otras, eran transportadas desde lugares muy lejanos.

El Dolmen de Arroyo fue descubierto por Samuel Rodríguez Carrero, autor del blog 'Extremadura: caminos de cultura', quien de forma casual, buscaba nuevas fotografías de la inmensa colección de tumbas antropomorfas próximas al 'Pozo de las Matanzas', allá por 2009, cuando dio a conocer el hallazgo de un dolmen en la dehesa boyal de Arroyo de la Luz.

El Dolmen, se encuentra localizado y, al igual que la mayoría de hitos históricos y arqueológicos en la dehesa boyal, se halla señalizado con cartelería turística; se observa sobre el terreno unas formaciones graníticas que sobresalen en un alto alomado, próximo a una explotación ganadera vacuna, lo que conocemos como los corrales, que se presentan en círculo, ligeramente inclinadas las piezas pétreas hacia el centro de la circunferencia que dibujan, y que lo que parece la entrada al mismo se orienta a levante.

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Dada estas características es evidente que se trata de un monumento megalítico cuyas piezas pudieron ser depositadas allí entre los milenios IV y III a.C.

Se observan a simple vista algunos de los detalles que son propios de este tipo de estructuras megalíticas, se observa en el centro lo que sería la cámara funeraria que estaría tapada por una piedra que remataría toda la estructura, y todo el conjunto estaría cubierto de tierra formando un túmulo; a día de hoy ese túmulo ha desaparecido como en la inmensa mayoría de dólmenes.

En palabras de su descubridor, Rodríguez Carrero, afirma que este dolmen debió ser utilizado para depositar los cadáveres de los miembros fallecidos en el clan que habitó en ese entorno, emparentados culturalmente con las poblaciones neolíticas o calcolíticas que ocupaban las comarcas extremeñas enclavadas entre los ríos Tajo y Guadiana en la mitad occidental de la región, a juzgar por el gran parecido dimensional y estructural del Dolmen arroyano con aquéllos conservados en los términos municipales de Valencia de Alcántara o San Vicente de Alcántara.

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