

Laura Sánchez
Jueves, 23 de junio 2016, 23:13
Serafín Martín Nieto estudió Filología Francesa en la primera promoción de la Universidad de Extremadura y fue profesor durante 23 años en el instituto Luis de Morales de Arroyo de la Luz, de donde guarda un bonito recuerdo. Su gran pasión siempre fue la historia y la investigación. Ha escrito multitud de artículos, crónicas y varios libros de historia. Además, publica artículos constantemente en revistas. Su última obra es la titulada El Convento de San Francisco de Arroyo de la Luz y la Enfermería de San Pedro de Alcántara de Cáceres, un trabajo que le ha llevado varios años y que, según cuenta, «está basado en muchísimos documentos y cientos de horas de trabajo».
¿Qué se puede encontrar el lector en El Convento de San Francisco de Arroyo de la Luz y la Enfermería de San Pedro de Alcántara de Cáceres?
Es la historia de la fundación y el desarrollo del convento franciscano y, luego, la enfermería que abrieron en Cáceres. Todo surge a raíz del descubrimiento en el archivo histórico diocesano del expediente de la creación del convento. Cuando se reúnen a consejo abierto en la plaza donde van todos los vecinos a declarar si están de acuerdo o no, los motivos, dónde... Entonces, a partir de ese documento, llevé a los Coloquios Históricos de Trujillo una pequeña monografía que después fui ampliando con toda la historia de este edificio de la localidad de Arroyo. Y la enfermería porque estaba vinculada. A finales del siglo XVII le regalan una casa en Cáceres para que se fueran a curar allí porque como estaban en la zona de las huertas y eran zonas de muchas enfermedades, pues los enfermos los llevaban a otros lugares de las poblaciones para curarlos. Aquí, la orden de los franciscanos descalzos intenta fundar un convento y a partir de la casa de enfermería crear otro convento, pero no lo consiguen porque se oponen los conventos existentes en Cáceres.
¿Hay alguna parte de la historia que le haya llamado especialmente la atención?
La fundación, porque es la piedra angular del convento. Porque siempre se decía en todas las crónicas y relatos de Arroyo, así como en los proyectos turísticos, que el conde Benavente era el que había fundado el convento. Eso no es cierto, fueron los vecinos. Además, fueron los que lo costearon y ayudaron a mantenerlo. Es una obra colectiva de los habitantes de Arroyo de la Luz.
¿Cómo ha sido el proceso de escribir este libro?
Mucho trabajo, muchas horas y muchos documentos. Protocolos notariales y libros que conserva el archivo municipal de Arroyo, entre otros. Es un trabajo de hormigueo porque no es llegar y encontrar un documento y a partir de ese documento hacer el libro.
¿Cuántos años ha tardado?
Han sido muchos años. Primero transcribí el documento y lo dejé dormir. Luego lo empecé otra vez con la historia del convento y se lo ofrecí al alcalde de Arroyo, para que lo publicaran. Más tarde, lo amplié también pero con la enfermería porque estaban relacionados aunque estuvieran en localidades distintas. Y luego tuvo un parón de varios años en la editorial, pero cuando Santos Jorna le confirmó que lo iban a publicar fue muy rápido.
¿Por qué eligió una editorial tan emblemática de la localidad?
Porque es un tema local. Vi que habían empezado a publicar temas de Arroyo y le ofrecí la posibilidad de publicar esta obra.
¿Cómo fue su salto a la escritura?
Llevo cerca de 30 años yendo asiduamente a los archivos, pero escribir cada día me cuesta más porque estoy más viciado con la investigación. Me lo tomo como ocio y disciplina. Es una afición que muchas veces es casi obligación y casi profesión, porque casi todo el verano me lo paso en el archivo.
¿Cuántas obras ha publicado?
Obras publicadas muchas, artículos muchos. No los he contado. Libros menos porque aquí es difícil, sobre todo que se publiquen. Las instituciones publican muy poquito. Parece mentira que Cáceres sea una ciudad universitaria con tanto estudiante. La verdad es que se compran pocos libros. De hecho una ciudad universitaria y de letras tendría que tener grandes librerías.
¿Cómo fue su experiencia en Arroyo de la Luz?
Muy buena. Guardo muy buenos recuerdos de Arroyo y de su gente. He estado allí muy a gusto. Recuerdo el primer año, que estaban restaurando el instituto. Fueron sobre todo muchos años de ilusión porque tenía un taller de fotografía con los alumnos, era como una actividad extraescolar, pero no eran reglamentadas como ahora, sino más voluntarias. Revelábamos las fotos, recorríamos el pueblo y sobre todo lo que más me gusta después de todos estos años es la evolución tan enorme que ha tenido Arroyo, porque ha estado muchos años muy anclado en el pasado y Santos le dio un dinamismo tremendo al pueblo, algo que le hacía mucha falta. También ha cambiado mucho la fisonomía de Arroyo.
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