

Ana Isabel Padilla Macías
Lunes, 29 de octubre 2018, 23:06
Sara Merino Cruz, una emprendedora de 29 años, es una arroyana que ha sabido encontrar su sitio y hacerse un hueco en el tan, tan difícil en estos tiempos, mercado laboral. Hace tres años que abrió su tienda y desde entonces sigue al pie del cañón, luchando por mantenerse y seguir creciendo a pesar de las dificultades.
-¿Qué fue lo que le hizo lanzarse a la piscina y hacerse autónoma?
-Pues verás, lo de autónoma lo he tenido siempre en mente. No sabía si iba a ser de ropa o de administración porque lo que estudié ha sido esto último, y entonces me dieron la posibilidad. Este local se iba a traspasar y me lo ofrecieron. La verdad es que no me lo pensé y no dudé ni un segundo en aceptar y firmar. Fue una mezcla de ganas y miedo al mismo tiempo. Vi la oportunidad que tantas veces había imaginado y el momento de emprender.
-¿Qué edad tenía cuando abrió el negocio?
-Cogí la tienda con 25 años. La abrí en mayo, pero me dieron de alta el 3 de julio, o sea que me vino como un regalo de cumpleaños.
-¿Los comienzos fueron duros?
-Sí, mucho. Fue duro, la tienda la cogí de un modo que no era el proyecto que yo tenía en mente. Allí había otro, con una imagen completamente distinta a la que yo quería, pero tampoco quería cambiarlo todo de golpe. Tenía ya una clientela hecha y no quería perderla por cambiar de imagen, ya que estaba afianzada. Pensaba y me preguntaba la forma de hacerlo. Cundo vi el momento y contaba con la clientela anterior a mí y la mía propia hice el cambio de imagen, suelo, probadores, mobiliario,
-¿Alguna vez ha trabajado en la Administración local o regional?
-Estuve un tiempo trabajando en ello mientras cursaba el grado medio del módulo de administración y empresa. Cuando empecé con el superior, el volumen de los estudios y el tiempo que me requerían aumentaron, por lo que decidí apartar el trabajo y dedicarme a estudiar, ya que sabía que era una base muy importante para alcanzar el objetivo que tenía rondando por la cabeza.
-¿Es complicado el mercado aquí, en Extremadura y, a nivel más local, en Arroyo de la Luz?
-Hay gente que dice que al estar Cáceres tan cerquita te limita, pero yo no he notado esa falta de clientes. Yo tengo una clientela fija que incluso ha ido creciendo con el tiempo, contando incluso con gente de pueblos de alrededor, no solo de Arroyo de la Luz, entonces no noto que la cercanía de la ciudad sea un obstáculo para que la gente venga aquí.
-¿Cómo es comenzar un negocio en plena crisis? ¿Es algo que ha notado mucho?
-Pues como mis comienzos fueron durante la crisis, no la he notado porque no he conocido tiempos mejores, entonces yo he empezado con lo malo, y lo bueno es que me he mantenido.
-¿La ropa la pide y se la traen de fuera o va usted a buscarla?
-Los proveedores me mandan catálogos, prendas, y sí que es verdad que las miro, pero comparo el mejor precio para los clientes. Es algo que miro siempre porque cuanto más barato me salga a mí más barato se lo puedo poner al público.
-Su trabajo va más allá de las ventas, por lo que veo no cierra y se va a casa
No, yo todos los meses hago un viaje, cojo la ropa después de elegirla, la traigo a la tienda, la etiqueto toda y siempre teniendo en cuenta el gusto de mis clientas. Por mucho que se lleve una prenda, si yo sé que aquí no va a tener repercusión o mis clientas no entran en ese estereotipo porque se lleven ciertas cosas no lo meto en tienda. Yo muchas veces les digo a ellas marca tu propio estilo y no dejes que la moda te lleve a ti. Porque algo se lleve no quiere decir que a todos nos quede bien. Cada persona tiene su estilo. Estoy muy contenta con ellas y muy agradecida porque sé que confían en mí plenamente y si les digo que no las veo con una prenda se fían de mi forma de verlas. Yo prefiero perder una venta pero que la gente sepa que no les intento vender lo que no quieren. Es un principio mío y algo que no me permito olvidar desde que empecé con la tienda.
-¿Siempre le ha gustado la moda?
-Sí, siempre. No sé si será porque de pequeñita me encantaba el típico juego que todas teníamos en casa de Diseña la Moda, y como que te gusta. En su momento hice un curso y el chico que me lo impartí me dijo, pero tú vendes ropa y aparte, ¿qué más? y yo le contesté yo creo que vendo seguridad, porque estoy en la tienda y las clientas, mientras estamos por aquí, me cuentan sus problemas, llega alguien con la autoestima baja o que ha tenido un fallecimiento recientemente. Sé que vienen aquí, hablan y desconectan, es como una forma de desahogarse. En esos momentos se crea un vínculo muy bonito por el que ellas depositan su confianza en mí y es algo que verdaderamente siento como un trabajo bien hecho.
-¿Cuál ha sido su mejor momento desde que se embarcó en este proyecto?
-Uno de mis mejores momentos llegó el día de cierre por reforma. La organización de todas las personas profesionales que tenía implicadas en el cambio exclusivamente para que mi proyecto e idea salieran adelante. El día que abrí después de la reforma me sentí la persona más feliz, entré una hora antes de lo habitual. Puedo decir que fue uno de los mejores momentos y que todas las horas de trabajo y noches sin dormir habían merecido la pena.
-¿Tiene en mente nuevos proyectos?
-Para las mentes inquietas o ansiosas como la mía es una pregunta que la tengo siempre en mente y un tema muy atractivo para mí y en el que pienso a diario, constantemente. Lo único que hay que tener en cuenta es saber esperar el momento y una vez que se ve la oportunidad, lanzarse de lleno a por ello. Es una necesidad y una obligación conmigo mismo el pensar siempre en mejorar y seguir progresando. Tengo en mente nuevos proyectos, claro que sí, ¡Siempre!
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