En la izquierda la Inmaculada y en la derecha la Virgen de la Luz. Cedida
Los tiempos de la memoria

La Inmaculada y La Luzena: Su relación en el tiempo

Máximo Salomón Román

Arroyo de la Luz

Viernes, 9 de diciembre 2022, 16:18

Dos advocaciones de la Virgen, dos imágenes de Arroyo de la Luz y una reflexión sobre el dato histórico que las une. Como se dice que las festividades y las fiestas se conocen por las vísperas, situémonos en el siete de diciembre, víspera de la Purísima, otra denominación de la fiesta de la Inmaculada. Y es por muchos pueblos de nuestra región, y de España, donde tiene lugar la magia, casi siempre del fuego, en la fría noche del siete de diciembre para venerar a la Virgen y darle gracias por una batalla o una leyenda de sucesos acaecidos en un determinado lugar, en ocasiones muy semejante al de otros (véase la Encamisá en Torrejoncillo, los Escobazos en Jarandilla, o las Luminarias en Madrigal). De pequeños vivíamos esta víspera con la ilusión de confeccionar pequeñas luminarias en cada calle, en el umbral de cada casa…Y se encendía una gran hoguera en la plaza de la Constitución a la que, además de la leña, se echaban todos aquellos artículos religiosos deteriorados tales como cuadros, viejos libros, etc. El fuego purificador iba en consonancia con el toque de campanas. Se volteaban la Corredera y la Lata. Se tañían la Gorda y la Charra. El día ocho de diciembre procesionaba la Inmaculada. Jamás vi que lo hiciera la de la foto que acompaña el artículo. Se sacaba otra más manejable ubicada en el Colegio de Monjas. Con dicha fiesta comenzaba, prácticamente la Navidad. Ya era tiempo de aguinaldos.

En cualquier buen manual de Historia puede el lector encontrar, tanto el origen de la fiesta de la Inmaculada como su fecha en el calendario. Aunque mucha gente piensa que la Patrona de España es la Virgen del Pilar, lo cierto es que desde 1644 ya se venía celebrando esta fiesta y considerando a la Purísima como Patrona de nuestra nación, en consideración a una famosa batalla de los Tercios Españoles en Flandes (la Batalla de Empel). De aquella surgiría la leyenda del Milagro de Empel referente al hallazgo de una tabla flamenca que portaba la imagen de la Inmaculada. Un improvisado altar y vigilia de toda la tropa dieron la fuerza suficiente a las tropas españolas para vencer en la contienda.

Los tiempos de la desamortización de Mendizábal y, más tarde , Madoz, afectan-obviamente a nuestro pueblo. El convento arroyano, situado en el ejido de palo Santo es despojado de sus imágenes. Algunas de ellas como san Francisco (titular del mismo) o san Pedrino, son reubicadas en el Santuario de la Luz. Otras, como el Señor Amarrado a la columna o la Purísima Concepción (esta última, una preciosa talla policromada), en la Iglesia de la Asunción. igual que otros edificios).

Es el Papa Pio IX quien, a través de su carta apostólica «Ineffabilis Deus», declara el Dogma de la Inmaculada Concepción en 1854. Y como la fecha de nacimiento de la Virgen es el 8 de septiembre, se retrocede nueve meses en el tiempo, esto es, hasta el 8 de diciembre para fijar la fecha de su festividad. Finalmente, un ocho de diciembre de 1857 se inaugura un monumento a la Purísima en la Plaza de España, en Roma.

Pero, ¿cuál es su relación con la Virgen de la Luz? Avanzaba el año 1954 y la Iglesia programa la celebración del Primer Centenario del Dogma de la Inmaculada(nacida sin mancha de pecado original). Llevaba el obispo alcoyano Llopis apenas cuatro años en la diócesis Coria-Cáceres. Y decide sumarse a dicho centenario con un acontecimiento de excepción: un Congreso Mariano. Es cierto que se podían haber expuesto diferentes imágenes de Inmaculadas, procedentes de otras tantas iglesias de la diócesis. Pero va más allá: se hace una exposición en el Paseo de Cánovas, en la capital, con las diferentes advocaciones de la Virgen, (Prado, Campo, Encinar, Rosario, Vega, Argeme…). Y allí, con su manto dorado-regalía de la familia Martínez Orozco(manto de la Magdalena)- luce nuestra Virgen de la Luz su aire de Emperatriz mientras es llevada a hombros hasta la plaza Mayor cacereña. Dicha exposición tendrá lugar unos días antes de la festividad de la Pura, concretamente un 24 de noviembre. Y es reseñable que cada año, durante diez días, comparten espacio en la capilla de san Andrés, ambas imágenes.

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