Germán Solano Giménez.

El arroyano Germán Solano, homenajeado en la gala de los Premios Goya

Esta noche la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España rinde homenaje a la vida del arroyano German Solano, una vida dedicada al cine, será en el apartado de In Memoriam de los Goya

JOSÉ LUIS SOLANO

Sábado, 6 de febrero 2016, 16:12

Esta noche en la celebración de los premios Goya, retransmitidos por Televisión Española, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España rinde homenaje a la vida del arroyano Germán Solano, una vida dedicada al cine. Será en el apartado de In Memoriam.

Publicidad

Germán Solano Giménez (1923-2014) nació poco después de inaugurarse el Salón Solano (hoy Corral de Comedias) dentro de una familia dedicada a la exhibición cinematográfica, representación de espectáculos y bailes, como complemento de una empresa de construcción en Arroyo de la Luz desde principios del siglo XX. Se dedicó al negocio familiar desde pequeño; manifestaba que le salieron los dientes en el cine, que con diez años ponía copas de aguardiente en el ambigú y que con trece proyectaba películas mudas sustituyendo a su padre -Luis- al que no le gustaba demasiado el cine, adentrándose cada vez más en el negocio (gestión, contrataciones, personal.). Tras el servicio militar compaginó su actividad con el cine de Torremocha, localidad a la que se desplazaba los fines de semana y de la que le quedaron recuerdos como yo nunca he visto comer tantas pipas como allí. Tras casarse, se centra en Arroyo, con más responsabilidades ante la enfermedad y la avanzada edad de su padre, abandonando proyectos empresariales y laborales que, a veces, en ciertos momentos, lamentó.

En su lucha empresarial llegó a ser elegido Presidente el Sindicato del Espectáculo, por la parte empresarial de exhibición cinematográfica, en el periodo álgido de las salas de cine, cuando en que casi todos los pueblos existían una o varias, siendo un negocio, complementario de otras actividades, con bastantes limitaciones administrativas (control de precios, de edades de acceso.) y de las distribuidoras de películas. Eliminado el sindicato franquista se integró en la Federación Empresarial Cacereña en la década de los ochenta, cuando comenzaban a cerrarse salas ante el avance de la televisión en los hogares.

Como consecuencia de la gestión empresarial en Madrid llegó a ser nombrado vocal nacional de la Federación de Empresarios de Cine de España cargos que ocupó hasta el fin de la empresa en 1998, cuando decía, con tristeza, la gente ya no quiere cine.

El cine fue su vida, como manifestó en el documental De la Luz. Lo antepuso a muchas cosas. Eso, y su pueblo, de donde no quiso salir, incluso para realizar propuestas laborales y empresariales cinematográficas con mejores expectativas. Vio y sintió el declive, la decadencia de las salas, con algo de esperanza, sin ser un negocio, como servicio al público por a ver si acaso. Conoció las nuevas tecnologías de la exhibición, incluso antes de que llegaran, por sus contactos y reuniones; se maravillaba y sorprendía con ellas rememorando los tragos pasados, los largos y pesados rollos de celuloide, las películas inflamables, las condiciones de los distribuidores, su impotencia ante el trato que daba la Administración a este sector en España, consintiendo la caída de las salas de cine en las pequeñas localidades y la cultura que se perdía con ello.

La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España rinde homenaje a esta vida de cine en la 30 edición de los Premios Goya en el apartado de In Memoriam.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

PRIMER MES GRATIS. Accede a todo el contenido

Publicidad