La importancia de la Educación Financiera

"Cómo llegar a fin de mes evitando los gastos hormiga y elaborando un plan de ahorro efectivo"

Liberbank Informa: Educación Financiera. Consejos prácticos para atender mejor las finanzas

PPLL

Lunes, 7 de marzo 2016, 17:40

La Educación Financiera no solo consiste en mejorar el conocimiento de los productos y servicios financieros y bancarios, también consiste en saber aplicar estos conocimientos a la vida diaria y ser conscientes de las oportunidades y de los riesgos que hay, para tomar decisiones responsables que mejoren nuestro bienestar financiero.

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Cuando falla este conocimiento y no hay una buena administración de nuestro dinero, las malas gestiones y los pequeños gastos pueden llegar a derrumbar la economía de un hogar, incluso en familias con grandes ingresos. Pequeños gastos diarios realizados sin mucha preocupación, ni control, que los expertos llaman gastos hormiga, pueden hacer estragos en la economía familiar.

En efecto, las hormigas llevan la comida al hormiguero poco a poco y, tras meses de trabajo, llegan a almacenar grandes cantidades de ésta, y lo mismo ocurre con estos gastos hormiga, se realizan diariamente con pequeños desembolsos y, al cabo de unos meses se han acumulado y pueden suponer un importe muy elevado. Entonces, este gasto puede ser la causa de desatenciones más necesarias.

Todos usamos trucos para gestionar bien nuestros ingresos, nos controlamos de alguna forma para intentar que esto no ocurra pero, a veces, de forma inconsciente, sin darnos cuenta, lo hemos ido descuidando y hemos perdido el control de los gastos con consecuencias que pueden ser graves y llevarnos, por ejemplo, a un endeudamiento que podría haberse evitado.

Lo primero que puede ayudarnos a hacer ese control es detectar cuáles son los gastos hormiga, y cuáles pueden evitarse porque no son necesarios. Un café, un snack o un refresco son algunos de estos pequeños gastos que aisladamente no suponen grandes desembolsos económicos, pero sumados pueden acabar tirando abajo el presupuesto mensual de una familia. A menudo pasan desapercibidos pues son los gastos fijos, como la hipoteca o la letra del coche, en los que se centra cualquier familia. Sin embargo, si se quieren evitar paradójicamente hay que tenerlos muy presentes. Es conveniente, por ejemplo, anotar cada una de estas pequeñas compras y así detectar dispendios innecesarios. Para ayudar en esta tarea existen ya aplicaciones móviles que incluyen plantillas donde se anota cada compra efectuada.

Otro truco muy sencillo es echar cuentas y obtener el coste que suponen los gastos hormiga en un año. Por ejemplo, si una persona compra un refresco en una tienda cercana cinco días a la semana, el coste -suponiendo que el refresco cueste 1 euro- sería de 5 euros, que por cuatro semanas al mes supondrían 20 euros. Si se multiplica por los 12 meses del año se obtiene un gasto de 240 euros anuales sólo en el refresco. Y así con todos los pequeños importes que salen de nuestro bolsillo regularmente sin apenas darnos cuenta.

Este rápido cálculo, la suma de todo el gasto hormiga de cada miembro de una familia, permite obtener un sorprendente resultado.

Así, si queremos evitar situaciones difíciles en nuestra economía familiar y personal para llegar a fin de mes, no debemos olvidar que hay que ser consciente de lo que suponen los gastos hormiga y estar seguros de que podemos permitírnoslos sin arriesgar el equilibrio de nuestro presupuesto. Y si, además, queremos ahorrar, hay que dar un paso más y comenzar un plan de ahorro en el que conviene tener en cuenta qué ingresos y qué gastos fijos se tienen, y cuáles son también los gastos variables, como puede ser la comida o el recibo del agua. El sobrante sería de lo que se dispondría para empezar el plan de ahorro y de donde sale el dinero para esos gastos hormiga que, ahora ya sí, podemos decidir si tenerlos, o no, con seguridad y control, y según nuestras preferencias.

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EL PLAN DE AHORRO EFECTIVO

Aunque sea tan elemental que decirlo parezca una perogrullada, la primera y principal regla de todo plan de ahorro es gastar menos de lo que se ingresa: comprenderlo es fácil, pero la experiencia hace que luego, en la práctica, no sea tan sencillo. A veces es, sencillamente, imposible y, otras, en cambio puede intentarse, sobre todo si ya hemos efectuado un control de los gastos y hacemos un consumo responsable.

Para conseguir que el plan de ahorro funcione se debe tener un propósito y una prioridad, la de ahorrar. De esta forma nos obligamos a reservar una parte de los ingresos a este fin. No siempre es posible. La situación financiera actual ha puesto de manifiesto problemas de endeudamiento muy graves y dificultades para planificar el ahorro, pues las rentas son bajas, pero si pudiera cumplirse este propósito se alcanzaría lo que conoce como seguridad financiera, es decir, no tener ninguna deuda o pagarlas cómodamente, ser capaz de controlar los gastos y aumentar los ahorros mes a mes, lo que no implica ser millonario.

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Podemos afirmar entonces que otra regla básica para este plan, es contar como gasto fijo mensual el dinero destinado al ahorro. Es uno de los mejores sistemas, pagarse a sí mismo un porcentaje del salario, porcentaje que, por supuesto, tendría que ir en función de los gastos fijos, de los variables previstos, y del sueldo como es lógico. La primera parte de este ahorro constituiría un fondo de emergencias para cubrir los posibles gastos no esperados.

Si el plan de ahorro se realiza a largo plazo hay que tener en cuenta que siempre habrá que hacer algunos ajustes, pues además de los posibles imprevistos, que siempre hay alguno, existe lo que se conoce como tasa anual de inflación que hará que, con el paso de los años, el nivel de vida aumente por lo que es importante que el ahorro vaya acompañando a este aumento.

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