Los arroyanos donaron 160 bolsas de sangre

“A todos los arroyanos que han dado su sangre para los enfermos, en nombre de los que la van a recibir, le damos las gracias"

Laura Sánchez

Viernes, 20 de mayo 2016, 18:12

El lunes 25 y el martes 26 de abril un equipo de Banco de Sangre se trasladó al Centro de Salud de Arroyo de la Luz para proceder a la extracción de sangre de forma solidaria y altruista de todos los arroyanos que quisieran participar en esta causa. Allí, acudieron multitud de personas para donar su sangre, obteniendo un total de 160 bolsas. A todos los arroyanos que han dado su sangre para los enfermos, en nombre de los que la van a recibir, le damos las gracias , y felicitar a los donantes nuevos que han donando por primera vez ,os animo a que, ya que habéis dado este paso, sea un referente en vuestras vidas, muchas gracias a todos, declaró muy agradecida María del Mar Gallardo, delegada en Arroyo de la luz de la hermandad de donantes de sangre de Cáceres.

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Acción que salva vidas

Donar sangre es un acto de generosidad y responsabilidad de todas aquellas personas que teniendo buena salud desean contribuir a salvar la vida o recuperar la salud de sus semejantes. Se trata en definitiva de compartir la salud, sin duda el bien más preciado del ser humano.

Transfundir sangre en cualquiera de sus componentes no solo es necesario, sino imprescindible en la mayoría de las terapias. No podemos olvidar que gracias a la sangre y sus componentes 75 personas salvan su vida cada día en España sólo por efecto de ella y otras 350 recuperan su salud también cada día.

Para que esa transfusión ofrezca la más alta seguridad (unas 6.000 se practican en España cada 24 horas) los donantes debemos estar seguros de que nuestras condiciones son las mejores con el fin de alcanzar la deseada Seguridad Transfusional. Para ello es conveniente que los donantes sean habituales, pero llegar a eso implica en primer lugar estar informados e incorporarse a una labor socio-sanitaria de alto valor estratégico por su trascendencia, de la que nadie debe abstraerse, porque potencialmente todos podemos ser receptores de esa generosidad.

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