Seis meses de coronavirus en Extremadura. 12 de septiembre de 2020 ADOLFO DELGADO

Una pandemia que ya dura medio año

Aumento de positivos. Los contagios de covid han vuelto a los niveles de hace cinco meses, aunque la menor edad de los afectados y el conocimiento del virus hacen que el número de fallecidos sea muy inferior

JOSÉ M. MARTÍN

Arroyo de la Luz

Domingo, 13 de septiembre 2020, 11:43

Mientras los extremeños se felicitaban el año 2020, lo que ahora es una realidad podía haber pasado por una película de ciencia ficción. «Nadie se hubiera creído esto si nos lo cuentan hace seis meses». Esta frase que se ha repetido hasta la saciedad en lo que va de año. Ni siquiera con los primeros contagios de covid –que se detectaron el 1 de marzo en Extremadura– las mentes más imaginativas llegaron a pensar en una pandemia de unas dimensiones como la que finalmente estamos viviendo.

Rostros ocultos tras mascarillas, semanas sin salir de los domicilios, residencias de mayores cerradas, prohibición de abrir negocios y comercios, centros de salud sin visitas y con médicos pasando consulta por teléfono. Situaciones inimaginables hace poco más de seis meses y que se han ido produciendo ante el asombro generalizado, primero; la comprensión y aceptación de la inmensa mayoría de la población, después, y el rechazo, en algunos casos durante las últimas semanas. «Algunas medidas, como la obligatoriedad de la mascarilla, estarán vigentes a medio plazo, por lo menos hasta la primavera; luego habrá que ver la efectividad de la vacuna», pronostica Ceciliano Franco, gerente del Servicio Extremeño de Salud (SES).

FECHAS CLAVE

  • 1 de marzo. Se notifican los primeros casos, cuatro en total, de covid en Extremadura.

  • 11 de marzo. Primera fallecida en la región; la OMS decreta la propagación del virus como pandemia.

  • 14 de marzo Se decreta el estado de alarma a nivel nacional.

  • 7 de abril. Día en el que se notifican más fallecimientos, 30.

  • 11 de mayo. Comienza la fase 1 de la desescalada de las medidas de confinamiento en Extremadura.

  • 21 de junio. Fin del estado de alarma.

  • 22 de junio. Recibe el alta el último paciente ingresado por covid; los hospitales extremeños están libres de coronavirus.

  • 26 de junio. Sanidad notifica el primer brote, en Navalmoral de la Mata; un paciente ingresa por covid.

  • 29 de julio. Tras 48 días sin fallecimientos por el virus, muere una mujer de 84 años.

  • 8 de agosto. Se decreta el aislamiento social de Villarta de los Montes; luego vendrán otras poblaciones.

  • 5 de septiembre. Extremadura registra 223 nuevos casos, el tercer día con más positivos de toda la pandemia.

  • 8 de septiembre Cuatro fallecimientos por covid en un día, algo que no pasaba desde el 19 de mayo.

  • 12 de septiembre La región tiene 97 brotes activos de coronavirus.

El 11 de marzo, cuando en Extremadura apenas se habían detectado diez casos positivos de covid y una persona fallecida por el virus, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dictó que la propagación del coronavirus era una pandemia. A partir de ese momento las noticias se precipitaron.

Extremadura ha hecho más de 124.000 PCR y el porcentaje de positivos en la última semana de la que hay datos fue del 5,43%

Un día después, la Junta de Extremadura decidió cerrar los centros educativos. En principio se planteó que los alumnos volverían en cuatro semanas, tras las vacaciones de Semana Santa. Seis meses más tarde, todavía no están muy claros los protocolos de actuación para el curso que acaba de comenzar.

En las siguientes 24 horas, Sanidad aisló Arroyo de la Luz, el primer foco de la enfermedad en la región. Esta localidad cacereña no estuvo mucho tiempo sola en esa situación, el 14 de marzo el Ejecutivo nacional decretó el estado de alarma para todo el país. En Extremadura se habían detectado 71 casos positivos y dos personas habían fallecido.

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Llegó el confinamiento. Solo se podía salir de casa para comprar comida o cuidar a personas dependientes. También para trabajar, aunque muchas personas no lo hicieron. Algunas en ERTE, porque solo se permitían las actividades consideradas indispensables y, por tanto, quedó prohibida la apertura de bares, comercios o restaurantes, por ejemplo. Otras sí mantuvieron la actividad, pero desde casa. Mucha gente conoció el teletrabajo.

El estado de alarma se aprobó para 15 días. Era el límite permitido por la ley. Para mantenerlo, el Congreso de los Diputados debía dar el visto bueno a las sucesivas prórrogas. Y se concedieron. Hasta seis. Finalizó el 21 de junio. Ese día, 14 semanas después de que se iniciase, en Extremadura habían fallecido 519 personas a causa de la covid. En lo positivo, se cumplía el décimo día consecutivo sin muertes provocadas por la enfermedad.

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El confinamiento, sobre todo en las primeras ocho semanas, fue duro, pero el ánimo de los ciudadanos se mantuvo. La banda sonora era 'Resistiré' y todas las tardes, a las ocho, se aplaudía a los sanitarios. Eran los momentos de los mensajes de ánimo y del «vamos a salir mejores». Con el paso del tiempo, los aplausos se han transformado en quejas ante los centros de salud y los mensajes positivos han dado paso a manifestaciones negacionistas de la enfermedad y a declaraciones de personajes públicos, como Miguel Bosé, alentando extrañas conspiraciones.

Doblar la curva

La obsesión de las autoridades sanitarias durante las primeras semanas de confinamiento era doblar la curva de contagios. Es decir, que los nuevos infectados fuesen menos que los del día anterior. En Extremadura el pico se alcanzó el 27 de marzo con 262. Diez días después, el 7 de abril, Sanidad informó del fallecimiento de 30 personas, el máximo diario.

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Fueron las semanas más difíciles de la pandemia, con varios días consecutivos con alrededor de una veintena de fallecidos y más de cien nuevos casos. A partir de ahí, la curva mantuvo, pese a los repuntes puntuales, una línea descendente. En los primeros 21 días de junio, antes de volver a la nueva normalidad, solo se notificaron 40 nuevos contagios en la región.

Eso cambió con la llegada de julio. Era de esperar. Los extremeños recuperaban la movilidad –el 15 de junio se pudo, por fin, viajar entre Cáceres y Badajoz y se abrió la frontera con Portugal– y los contactos se multiplicaron. «Pensábamos que en verano iba a haber un aumento de los casos, pero que se iba a controlar a mediados de julio», reconoce Franco.

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El último día sin nuevos contagios en la región fue el 28 de junio. Punto de inflexión en la curva. Crecimiento en los infectados, leve al principio y más pronunciado en agosto. Así, hasta volver a estar por encima del centenar de casos diarios. «Nunca estuvo en nuestros cálculos llegar a estos picos», indica el gerente del SES.

En el aumento de casos detectados influye el mayor número de pruebas realizadas. En la región, según datos del Ministerio de Sanidad, se han efectuado 124.167 PCR. En la última semana de la que hay datos, del 28 de agosto al 3 de septiembre, se realizaron 15.629 pruebas, lo que supone un incremento del 14% respecto a la semana anterior. En ese mismo periodo se detectaron 850 infectados en la región. Es decir, el 5,43% de las PCR dieron positivo. Es un porcentaje ligeramente superior a lo que la OMS establece como límite (5%) para entender que la situación epidemiológica se está descontrolando. «No tenemos esa sensación porque al 80% de los casos que se diagnostican le seguimos la trazabilidad», según Franco, que añade que «eso nos lleva a decir que la transmisión de la enfermedad está controlada».

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Para favorecer ese control la Junta de Extremadura ha tomado medidas severas en el mes de agosto. Siete poblaciones han estado, y algunas todavía están, en aislamiento. No se puede entrar ni salir de ellas. Otras tres han vuelto a una fase dos, pero algo relajada, del desconfinamiento.

A la vez que han crecido los contagios, los hospitales de la región han vuelto a tener pacientes con covid. El incremento ha sido paulatino. Julio acabó con 12 ingresados, tres de ellos en Cuidados Intensivos (UCI). Un mes después ya eran 47, nueve en UCI, y esta semana hay 95 personas ingresadas, once en la UCI. «Nos preocupan los pacientes y sus familiares, pero no el servicio en los hospitales», según Franco, que cifra en más de 3.000 las camas disponibles y recuerda que en ningún momento de la pandemia ha habido saturación en los hospitales de la región.

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Los contagios diarios en las últimas semanas han vuelto a niveles de la cuarta semana de marzo y de la primera quincena de abril. Sin embargo, no se está replicando el número de fallecidos a causa de la covid. «Se debe a varios factores; por un lado, la edad de los afectados es menor, y, por otro, conocemos más la enfermedad, por lo que nos fijamos en síntomas como la fatiga respiratoria o el ligero malestar a los que antes no prestábamos tanta atención, y hemos mejorado el tratamiento», concluye el gerente del SES.

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