Parte del personal en el minuto de silencio del pasado 27 de mayo, junto al lazo negro en recuerdo y luto oficial por los residentes fallecidos. Cedida

La residencia de mayores está libre de Covid-19 desde el 22 de mayo

Deja así atrás uno de los capítulos más dramáticos de la pandemia vividos en la región y que se ha saldado con la muerte de veinte residentes

Ana Isabel Padilla Macías

Arroyo de la Luz

Sábado, 6 de junio 2020, 09:46

Tras más de dos meses de arduo trabajo, la residencia de mayores de Arroyo de la Luz quedó el pasado 22 de mayo libre de coronavirus, tal y como informaba el Ayuntamiento local en su habitual comunicado diario. Ese día, los últimos 5 residentes quedaban aislados recibían el alta.

En la residencia arroyana se han pasado momentos realmente duros, sobre todo al principio, cuando los positivos iban sumándose y la situación desbordaba.

De ello ha hablado con HOY Arroyo de la Luz Adriana Ramos Cordero, directora de la residencia, quien también pasó la Covid-19, siendo además una de las primeras en contagiarse. A pesar de no padecer patologías previas, tuvo que ser hospitalizada, quizás, tal y como apuntaba ella, por la carga viral.

Así, el 10 de marzo le dieron la baja y el 16 entraba en el hospital, donde permanecería 17 días, con neumonía bilateral. Los primeros días fueron los peores, pero su estado ya ha mejorado mucho. «Al principio el cansancio era terrible, levantarse de la cama al baño era toda una proeza, llegaba cansadísima, no había notado eso en mi vida», apuntaba.

En este centro, en el que han fallecido 20 residentes, se extremaron medidas desde el principio. El 11 de marzo, cuando acaeció la primera muerte por coronavirus en Arroyo, siendo además la primera de Extremadura, se prohibieron las visitas y se cerró el Centro de Día, en un intento de dejar al virus fuera.

En esa primera semana, en la que Adriana ya estaba de baja, se llevó a cabo una reunión entre el SEPAD y el Ayuntamiento, a la que acudieron la enfermera y la trabajadora social de la residencia, que en ese momento ejercían como dirección, hasta que el SEPAD comenzó a mandar personal.

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Ya el 16 de marzo enviaron a dos enfermeras, un médico del SES y varios médicos internistas que se dividieron entre las zonas de aislados, sanos y preventivos, así como a Fátima, quien ha ejercido de directora hasta finales de mayo, habiendo estado también una semana junto a Adriana, en los primeros días en que esta volvió de su baja, el 26 de abril.

Durante todo el tiempo, en la residencia se han extremado precauciones. Se ha desinfectado constantemente, tanto por parte del personal del centro como del SES y el ejército. El 27 de mayo, mientras hablábamos con Adriana, estaban desinfectando nuevamente y se iba a limpiar el centro entero, de suelo a techo.

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Vuelta al trabajo

Sobre su vuelta al trabaja contaba que había estado en contacto con el centro, sobre todo la primera semana de baja en casa. En los primeros días de su reincorporación contó con la ayuda de Fátima y, aunque la situación era un poco diferente a la que ella dejó, se adaptó bien. «Lo más raro ha sido ver tanto personal, ya que conforme han vuelto los trabajadores que habían causado baja, se han mantenido las incorporaciones nuevas». De esta forma, están pudiendo desinfectar nuevamente todo e incluso dar días libres a los trabajadores para que puedan descansar, «que bastante batalla llevan en todo este tiempo», apuntaba Adriana.

La directora asegura que «se han hecho las cosas muy bien, pero desgraciadamente este virus provoca unas enfermedades que ataca a diversos órganos y los mayores tienen un sistema inmunitario más debilitado y es más difícil».

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La residencia arroyana continúa a día de hoy intervenida por el SEPAD pero en el momento que que se prescinda de estas medidas no se volverá a la normalidad. «Creo que el Covid se va a quedar entre la población y nosotros volveremos a funcionar normal, pero con unas medidas de precaución y seguridad, así como pendientes de los protocolos que dicten tanto Salud Pública como el SEPAD. De momento seguimos con la misma tónica que llevábamos hasta ahora».

En este centro no se ha comenzado aún con las visitas de los familiares, pero lo harán en breves, siguiendo todos los protocolos. «Tanto los familiares como los internos tienen muchas ganas, pero tenemos que hacerlo con mucha precaución», apuntaba.

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Buena adaptación

La situación ha sido complicada tanto para familiares como para los residentes, pero, según nos detallaba Adriana, los residentes se han adaptado muy bien. Han colocado los salones para que puedan mantener distancias e incluso se han hecho 3 turnos de comedor para que puedan estar separados. «Tenemos que seguir, porque aún hay, y desgraciadamente este virus mata. Tenemos que estar todos muy alerta».

Con respecto a los familiares señalaba que, excepto en los primeros momentos, que hubo más incertidumbre, la actitud ha sido muy buena. Al principio era complicado llamar diariamente por teléfono, cosa que ya sí se está haciendo, tanto llamadas como videollamadas con las táblets que llegaron desde Diputación y el Ayuntamiento.

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«Hemos recibido muchas donaciones también, mucha gente particular, a lo que estoy muy agradecida. Aún tenemos una parte en reserva. Hemos recibido donaciones de Diputación, del SEPAD, del SES, los bomberos, ejército, particulares, comerciantes,… todo el mundo se ha portado muy bien, el pueblo se ha volcado. Me siento muy orgullosa del pueblo en ese aspecto, mejor no se podía haber hecho».

Desde el Consistorio arroyano daban también las gracias a todas las trabajadoras de la residencia, a SEPAD y al SES, a los trabajadores del Centro de Salud, a la UME, a la Brigada Extremadura XI, a Subdelegación del Gobierno y a la Diputación de Cáceres, así como a todas las muestras de solidaridad recibidas desde diferentes puntos de España en forma de donaciones para la residencia por parte de empresas, asociaciones y particulares, sin olvidarse del pueblo de Arroyo «por su comportamiento ejemplar y resistencia frente a esta crisis sanitaria. Gracias por sumar esfuerzos y por ayudar entre todos a superar esta difícil situación», señalaban.

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Refiriéndose a los 20 residentes fallecidos, resaltan que «siempre estarán en nuestro recuerdo, así como sus familias, que desgraciadamente no han podido despedirse de ellos».

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