

Un año más, terminan las fiestas de la Virgen la Luz, si bien este año quedaba un evento más tras la celebración de la tradicional romería, y es que este año la Patrona está de estreno. El pueblo arroyano, agradecido y generoso a su madre, le ha regalado, siendo creación de manos arroyanas, un nuevo manto de camarín.
La Luzena tiene dos tipos de manto; los de paseo y los de camarín. Los primeros suelen cambiar año tras año, aunque alguno se repita más que otro en conmemoraciones especiales. Por su parte, los de camarín siguen un protocolo a tenor de las diferentes épocas del año.
En 1929, el arroyano y médico de profesión, Luis Chaves era el mayordomo de la virgen de la Luz, cargo del que había tomado posesión dos años antes. Por entonces era habitual que la celebración de la Romería del Sindicato, hoy perdida aunque pueblos como Aliseda la mantienen, que solía tener lugar en otoño, mientras que la Romería Grande se celebraba el Lunes de Pascua, hoy Día de la Luz, y por la tarde corrían los caballos en La Corredera, a la vuelta.
Dicho año se acuerda encargar un manto para la Virgen, de color rosa y bordado en plata (pronto se cumplirá un siglo de la citada efemérides). Con el fallecimiento del mayordomo se hace cargo, interinamente, su propio hijo hasta la toma de posesión de don Lorenzo Martínez Marín, farmacéutico local, casado con Magdalena Orozco.
Durante su mandato, la Virgen estrenó un manto en tisú dorado sufragado por el pueblo. Además, la romería se estableció en el tercer domingo de pascua, al igual que el novenario y la bajada de la Virgen al Pueblo. La Patrona lo lució también un 24 de noviembre de 1954, en el Centenario del Dogma de la Inmaculada, junto a otras advocaciones de la diócesis, en el Paseo Cacereño de Cánovas, siendo las andas más pequeñas que las siguiente.
Fue en el año 1957 cuando la Virgen de la Luz estrenó su mejor manto, dorado en palio y regalo de la famia Collado Aparicio, conocido como el manto de Teodora, una joya bordada en hilo de oro y a lupa, por las Adoratrices de Madrid. En el mismo aparecen los Misterios Gozosos (Anunciación, Visitación, Nacimiento, Presentación y Jesús en el Templo). Tuvo un coste de 250.000 pesetas, presupuesto que se incrementó con la construcción de las nuevas andas de los Hermanos Jorquera en 28.000 pesetas más. Con este, el manto de Magdalena Orozco quedó relegado como 'de camarín'.
En el año 1967, la Virgen de la luz estrenó un nuevo de manto de camarín, en esta ocasión de color morado y bordado en oro, que tuvo un coste de 14.000 pesetas. En 1971 la Virgen desfiló con su manto dorado sobre andas de plata hechas en Sevilla, con un coste de unas 900.000 pesetas, siendo mayordomos don Ángel Collado y doña Marcela Bravo. En su último mandato, en el año 1974, se encargó un nuevo manto de paseo, de color azul en tisú y bordado en plata, confeccionado por la empresa sevillana 'Sobrinos de osé Cano' y con un coste de 765.000 pesetas. En 2007, siendo mayordomo presidente de la Cofradía de la Virgen de la Luz don Florencio Crespo, se completó con el palio correspondiente.
El siguiente manto que estrenó la Luzena llegó en 1987, estando al frente de la recién creada Cofradía don José Terrón Cebrián. Fueron dos; uno de camarín y otro de paseo. El primero, conocido como 'la Batina', fue confeccionado por las religiosas de clausura de la Montaña, de color blanco con flores de colores. El manto de paseo también fue blanco, en tisú bordado en hilo de oro, elaborado por las 'Adoratrices de Madrid'. Es conocido como el manto de la Cofradía y la Virgen lo estrena un 20 de abril, 'Día de la Luz'.
Pero siempre hay familias arroyanas, devotas, agradecidas y enamoradas de la Luzena que tiene a bien ofrecerle regalos. Así, en 2008, la familia Rodríguez-Portillo amplía la colección de mantos de camarín con un nuevo manto verde, de tisú bordado en oro.
Nuevamente en 2015, la Virgen recibe dos nuevos mantos. Uno de camarín, de color blanco, donado por la familia Salceda-Moreno, y el segundo de paseo, toda una apuesta de la directiva del momento, encabezada por don Martín Panadero, un manto en tisú, de color rosa y bordado en oro, confeccionado por la empresa sevillana 'Bordados Salteras S.A.'. Completan el mismo su correspondiente palio y su estandarte. Coincidiendo con el Año Jubilar es presentado al pueblo el 28 de marzo de ese año.
Llegado a 2022, la Asociación de Bordados y Labores de Arroyo de la Luz, con gran maestría, bordó un precioso manto de camarín en azul cobalto, con corpiño y faja, donde se refleja el alma de los mantones y refajos arroyanos. El manto está rematado por una laboriosa puntilla. Sin duda, toda una obra de arte de la que se hablará muy y bien.
Y como dice un poema arroyano…
«Y al correr de ese tiempo, que vuela,
con orgullo, habrá otros paisanos
que hablarán de ese manto arroyano
que hicieran sus madres y abuelas»
Felicidades, Luzena.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La NASA premia a una cántabra por su espectacular fotografía de la Luna
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.